DEFINICI?N DE LA LABOR CREADORA
Abierto el cuello de la camisa,
peludo como el torso de Beethoven,
recubre con su mano,
cual tablero de damas,
el sue?o, la conciencia,
la noche y el amor.
Y una dama negra
-como loca de dolor-
prepara al mundo
para la representaci?n,
cual guerrero a caballo
sobre simples peones.
Y en el jard?n,
donde de la cueva,
del hielo,
las estrellas se asombran fragantes,
cual feliz ruise?or,
sobre el cuerpo de Isolda
feneci? la frialdad de Trist?n.
Los jardines, estanques y vallas,
todo el gran Universo
de gritos de albura,
no son otra cosa que descargas
de la pasi?n acumulada
por el humano coraz?n.
versi?n Cesar Astor